miércoles, 8 de diciembre de 2010

Un día más en la vida


A las 9 me levanté, me preparé mi café espumoso y me fui al salón. Puse música tranquila de fondo y me senté en la camilla pegada a la ventana. Me gustaba observar a la gente de la calle. Una mañana más el quiosquero ya colocaba sus revistas, periódicos y demás y cuando terminaba se quedaba mirando su pequeño quiosco con cara de satisfacción: "Hoy será un gran día", pensaba cada mañana.
La señora rita, dueña de la panadería de la esquina, volvía a llegar tarde discutiendo con su hija como de costumbre.
En la calle, era un día cualquiera: los niños jugando en el parque mientras sus madres se entretenían cuchicheando sobre los cotilleos del "Hola" , los padres discutiendo sobre el último partido de fútbol sentados en una terraza tomándose una cerveza... Pero era un día especial, importante y único.
Así que cogí papeles y me puse a revisar la lista de invitados, el menú, la decoración, distribución de los invitados en las mesas, música... solo me faltaba ir a recoger el vestido.
Sí, era el GRAN día y yo estaba de los nervios.
Mi hermana se casaba con el chico del que llevo enamorada toda la vida. Era su gran día.
Para mí no era más que otra mañana tomando el café mirando por la ventana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario