martes, 19 de octubre de 2010

Russian Red

Lo único que sabía de ella era el nombre de su pintalabios. 
Se lo dejó en la mesita de noche hacía apenas unas horas.
Tenía que encontrarla, tenía que decirle que la amaba.
No tenía ni idea de por donde tenía que empezar a buscar,
así que me limité a seguir la única pista que tenía: el pintalabios.
Busqué por todo, únicamente fijándome en las chicas de labios rojos.
Me di por vencido, estás chalado, pensé. Así que me fui a un bareto 
al que solía ir años atrás.
Y ahí estaba ella. Sentada en la barra, fumando un cigarrillo tras otro,
marcándolos con ese color, el color que llevo buscando todo este tiempo.
Se giró y sus labios rojos dibujaron una gran sonrisa. Y ahí estaba él.
Borrando la única pista que me había llevado hasta ella.


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